Hoy os traigo El largo sueño de Laura Cohen, de Mercedes de Vega. Está editado por Plaza y Janés en tapa dura y tiene 442 páginas largas como el sueño de la protagonista. Igualmente, a veces, puede inducir al sueño.
Sinopsis de la editorial:
A los pocos días de perder a su marido en un accidente de tráfico, Laura Cohen, una psiquiatra española afincada en Montreal, toma como paciente a un hombre traumatizado por su pasado. Cuando este desaparece sin dejar rastro tras la tercera sesión, Laura comenzará su búsqueda atraída por una inesperada conexión entre el hombre y su marido fallecido. Esta investigación la sumergirá en una peligrosa red de conspiraciones, secuestros, experimentos ocultos y torturas que se remontan a la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, y la llevará a cuestionar sus orígenes, su matrimonio y su vida hasta ese momento.
Esta sinopsis parece muy prometedora a priori, tenemos muchos elementos de los que suelen atrapar a un lector y tenerlo totalmente embobado con una historia: La Segunda Guerra Mundial, nazis, el Holocausto, un país que no suele ser de los más tratados en libros como es Canadá, desapariciones, psiquiatras, etc. Es una pena que con estos buenos mimbres no haya salido una buena historia (hablo siempre desde mi punto de vista como lector y mi experiencia personal con el libro). Conocía a la autora tras haber leído "Cuando estábamos vivos" que me encantó y pensé que sería un valor seguro. Pues me equivoqué.
Si hay algo que me rechina en un libro, algo que no puedo pasar por alto, más allá de fallos en la trama, faltas de ortografía u otras cosas, es no entender las motivaciones de un personaje, no saber por qué hace algo, máxime si ese algo no tiene ningún sentido, lógica o razonamiento. Me supera. Pues justo eso me ha pasado con Laura Cohen, es un personaje plano, sin matices ni trasfondo, que hace las cosas por aburrimiento, o por corazonadas o sentimientos que vienen muy bien para desarrollar la trama pero que no tienen ningún sentido desde el punto de vista del personaje. Su forma de ser, hastiada de todo desde el principio, sus repentinos cambios, tan pronto es muy borde con la gente, amigos o la policía, como se pone a perseguir a alguien porque si. En fin, que no la he entendido, ni me ha llegado ni he empatizado con ella. No empatizar no me supone un problema, hay muchos personajes maravillosos con los que no empatizas, pero no entender por qué hacen las cosas...
Junto a Laura tenemos a su marido fallecido, Alexander Cohen, un prestigioso psicólogo que ha dirigido estudios, imparte clases y da charlas en las mejores universidades de Canadá y Estados Unidos y que ha tenido un accidente de tráfico en circunstancias un tanto extrañas. Además tenemos a sus mejores amigos, y por extensión también de su esposa, los excéntricos Fanny y Raymond, con una relación muy peculiar con Laura. El paciente misterioso, Jacob Lambert, que aparece misteriosamente en la consulta sin cita previa y desaparece igual de misteriosamente tras unas cuantas sesiones que por lo visto despiertan en Laura su carácter aventurero e investigador a los once días del fallecimiento de su esposo, porque, peculiaridades del destino, ha sentido una fuerte conexión entre su paciente y su marido. Marie Jelen, la asistenta para todo que tienen los Cohen desde hace años, y que tiene un hobby un tanto alternativo, como hacer fotografías por las calles que nunca revela, guardando carretes y carretes de fotografías en una caja y almacenándolas porque si. Este personaje si que tiene trasfondo y hubiera estado bien profundizar mucho más en él. También tenemos al cuñado de Laura, Robert, que no se hablaba con su hermano desde hacía años y con el que Laura siente deseos de recuperar una relación familiar que nunca han tenido, y que siguiendo la lógica aplastante del argumento, se pueden llevar como el perro y el gato o ser amigos según le convenga. La exmujer de Robert también es un personaje que hubiera tenido más recorrido. Además tenemos un inspector de policía con mucho olfato pero al que debe encantarle que le engañen, y a unos misteriosos hermanos, Otto y Rebeka Winter, si señores, Rebeka Winter.
La historia:
Como he dicho antes, la historia tiene todos los ingredientes para resultar un éxito total, pero se queda en nada, para ser un thriller psicológico que es como se vende no tiene nada de suspense. En lugar de ir in crescendo como pasa en este tipo de libros, la trama es tan lenta que no da pie a que te preguntes nada, ni a que te sorprendas por los giros, que los hay, vamos, que sobre el trepidante thriller psicológico y la incisiva reflexión sobre la identidad, la venganza y los secretos de familia que aparecen en la contraportada, nada, debe ser que yo he leído otro libro. Si en lugar de vendérmelo como un thriller apasionante lo hubieran hecho de otra forma creo que la novela me hubiera gustado más. Los tiempos no son creíbles, las relaciones entre los personajes forzadas y poco naturales. Vamos que como primera incursión en el género de la autora se queda más en un suspenso que en suspense.
Lo positivo:
Lo que si me ha gustado del libro es el estilo, la forma de escribir de Mercedes de Vega es elegante, sinuosa, con un vocabulario cuidado, buenas estructuras y buenas descripciones, pero claro, un libro no puede sustentarse tan sólo en el estilo si la trama no lo acompaña. La ambientación en Canadá también me ha gustado, está menos trillado literariamente y está bastante bien lograda, me he sentido allí y muerto de frío por la nieve. Es una pena que un libro que está bien escrito y tiene una buena historia detrás resulte tan lento. Dejando de lado su etiqueta (no lo leas como un thriller) seguro que gana algunos puntos, al menos para llegar al aprobado. Si te gustan las lecturas tranquilas y sosegadas, o eres fan incondicional de las historias con reminiscencias de la Segunda Guerra Mundial, nazis, etc, seguro que te gusta. Si te gustan las historias trepidantes, de ritmo frenético y con agudos análisis de los personajes, este no es tu libro, déjalo pasar.
EL LARGO SUEÑO DE LAURA COHEN, CUATRO.
PD: Por favor autores, coherencia con vuestros personajes, siempre.