martes, 30 de junio de 2020

El chico de las bobinas, Pere Cervantes.

Buenos y veraniegos días.

Ya huele a espuma de mar y a salitre, a arena caliente y brisa marina.

Como veis estoy deseando irme a la playa, y para acompañar estas sensaciones tan veraniegas hoy os traigo El chico de las bobinas, de Pere Cervantes, está publicado por Destino en tapa blanda y tiene 542 páginas que os cabrán perfectamente en la maleta y creedme, es de lo primero que tendréis que meter dentro ya que os hará disfrutar doblemente de las vacaciones.

Sinopsis de la editorial.

Barcelona, 1945. Nil Roig es un chiquillo que se pasa el día en bicicleta transportando de un cine a otro viejas bobinas de películas. El día de su decimotercer cumpleaños es testigo de un crimen cometido en el portal de su casa. Mientras el asesino huye después de haberlo amenazado de muerte en caso de no mantener la boca cerrada, el moribundo le entrega el misterioso cromo de un actor de cine de la época; un objeto perseguido y anhelado por un excomandante de la Gestapo y un policía sin escrúpulos. El hecho de que el moribundo le dé el cromo a Nil pronunciando el nombre de David, el padre desaparecido del muchacho, arrastrará a este a resolver un secreto del pasado por el que pagará un alto precio.

Como véis el punto de partida no puede ser mas interesante, la Barcelona  más gris en lo más duro de la posguerra. La gente hace lo que puede para malvivir o simplemente sobrevivir. Las cosas no pueden decirse en voz alta, como mucho se susurran ya que nunca sabes quién puede estar escuchando, observando. Cualquier vecino puede ser un traidor, un chivato que puede vender tu vida por una miseria. En el Poble-Sec vive Nil, un niño de trece años que ayuda a la economía familiar llevando las bobinas de las películas de un cine a otro, acostumbrado a recibir broncas por si llega con el tiempo justo, pero el cine se convierte en su pasión, tal vez su vida. Su sueño es trabajar en la cabina de proyección, cosa harto difícil ya que como consecuencia de un bombardeo Nil ha perdido un brazo. El brazo que siempre echa en falta a la hora de dar abrazos, especialmente a su madre.

Soledad Riera, la Lana Turner del Poble-Sec. En mi opinión la otra gran protagonista de esta historia, en la que es mucho más que la madre de Nil, una madre coraje que trabaja muchas horas en la carpintería del entrañable Romagosa, al que ve como un padre. Para poder comer y sacar adelante a su hijo se dedica al estraperlo a baja escala, vendiendo café, aceite y otras cosillas que se guardan en la trastienda de la carpintería. Su vida como mujer del bando perdedor es muy dura, su marido ausente David Roig está vinculado a un comando rebelde de maquis que pone muy nerviosas a las autoridades del régimen en Barcelona y que les ponen a ellos en el punto de mira de un personaje al que odiaréis a primera vista: El inspector Valiente.


Valiente representa lo peor del bando ganador. La autoridad incuestionable pero sin ley, totalmente impune y arbitraria. Abusa de los más débiles y tan solo le alimentan dos cosas en este mundo, el dinero y la venganza. A su lado su perro, Espinosa, el servil, apocado  y depravado Espinosa. 


A este elenco de personajes, muy bien definidos, todos con sus luces y sus sombras, se añaden una horda de secundarios de lujo, como los vecinos de Nil y Soledad, Benito y Bernardo la pareja que hará que Nil adore el mundo del cine y que le introducirá en La Gran Mentira, la singular biblioteca de Leo, y su nieta. Lolita, la pequeña actriz de doblaje que pone su voz a la bruja buena del Mago de Oz. El doctor Fúster, otro personaje derrotado por la guerra, que ha tenido que renunciar a su vocación y a su profesión para vivir acobardado, con miedo a las sombras y quedar reducido a una sola cosa, un rojo. Un rojo enamorado además y sin nada que ofrecer a la mujer que adora. Quim, el limpiabotas que milagrosamente ahorra, y su madre Delfina, que hace lo único que puede para sacar a su hijo adelante, como muchas otras. 

También tenemos secundarios de lujo en el lado opuesto, la glamurosa Gertrude, amante de un excomandante de la Gestapo, que vive entre el glamour de las obras de arte con las que trafica y la casa de tolerancia de la que saca su dinero. El comisario Quesada, que tiene la foto de Franco sin colgar en su despacho, apoyada en el suelo para sorpresa de sus subordinados afectos al régimen y convencidos de que hay que limpiar España de rojos traidores.

Y así podría seguir y seguir porque sigue habiendo muchos personajes que me dejo en el tintero y que son relevantes para la historia, pero tendréis que descubrirlos leyendo El chico de las bobinas.

La trama está dividida en tres partes, 1945, 1947, 1949 y una cuarta parte a modo de epilogo fechada en 2021. Los capítulos son cortos y se leen sin sentir. La ambientación está tremendamente conseguida y te hace pasearte por las calles de la Barcelona de poco después de la guerra. La novela es muy dura en muchos momentos y te hace darte cuenta de la vida tan difícil que tuvo que llevar mucha gente para la que la humillación y la injusticia era el pan de cada día y no tenían oportunidad de salir de ese círculo vicioso. En el escalón más bajo de esta rueda de penalidades estaban las mujeres perdedoras, sobre las que pesaba la dura carga de construir a pesar de todo y de todos, lo que los hombres destruían. De la existencia de tipos como Valiente todos tenemos constancia hasta hace prácticamente unos días, y eso hace mucho más duro ponerse en el lugar de los personajes que tienen la desgracia de cruzarse con él en estas páginas, sabemos que en este caso son personajes de ficción, desgraciadamente en la vida real no ha sido así. Como he dicho antes esta historia tiene momentos muy duros que os harán derramar lágrimas de amargura, pero también tiene muchos momentos de luz a pesar de los pesares. Esta novela también va de la magia del cine, el cine que nos hace soñar incluso en los peores momentos, que ilumina nuestras vidas de magia y que lo rodea todo de un halo de felicidad que nos hace a veces querer vivir para siempre en una de sus películas. También magia es todo lo que rodea a La Gran Mentira, la maravillosa librería de Leo con su antipática Nineta y sus secretos, que guardan un poco de felicidad dentro de tanta desdicha.

Para finalizar no puedo hacer otra cosa que recomendar El chico de las bobinas sin miedo a equivocarme, es una garantía absoluta de acierto y además la recomiendo para leer estas vacaciones, y poder así levantar la vista y contemplar el mar, la piscina, el campo o donde quiera que estéis para poder tragar saliva, coger aire y volver a introduciros en la historia de Nil y Soledad con un soplo de aire fresco en el corazón.

EL CHICO DE LAS BOBINAS: NUEVE SETENTA Y CINCO.

PD: Jamás un cromo dio tantos quebraderos de cabeza.